* Los Ulemas

La palabra ulema es el plural de alim: sabio, poseedor de ‘ilm, ciencia o conocimiento. La transmisión del saber es fundamental en una sociedad tradicional. Si la práctica básica de los pilares del islam se transmite en la familia, un conocimiento más profundo de la tradición debe lograrse mediante una búsqueda que abarca toda la vida del creyente. Muhammad (s.a.s.) dijo:

“La búsqueda de Ciencia es obligatoria para todo musulmán y musulmana”. La ciencia por excelencia es el conocimiento del Qur’án y de la Sunna, el conocimiento necesario para vivir como musulmán y musulmana. A lo largo de la vida de un creyente, nuevas situaciones le abocan a cuestionarse sobre los más diversos temas: la sexualidad, el aborto, la usura, el adulterio, el trato con nuestros semejantes, como responder a la violencia, como entender el pluralismo religioso. La ciencia tradicional ha elaborado respuestas sobre las mil y una situaciones que pueden suceder en nuestra vida de creyentes, en base a las enseñanzas del islam.

Aunque sería lo ideal, es evidente que no todos los musulmanes pueden dedicar todo su tiempo a la tarea de buscar respuestas a todas las preguntas. Así, llamamos ulema a aquellos que han dedicado sus vidas al estudio del Qur’án, de la Sunna y de la Sharia, y se encargan de la transmisión de este saber. Los ulemas son una parte esencial de la umma en la medida en que su búsqueda del conocimiento tiene por fin el ayudar a otros creyentes. Nadie tiene la obligación de obedecerles.

Los ulemas están ahí para despejar las dudas que se les presentan a los musulmanes en su vida cotidiana, para ayudarles en su propia búsqueda de lo mejor. Es importante tener claro que los ulemas no constituyen una jerarquía, ni son designados por nadie. Un alim lo es porque posee conocimiento, que pone al servicio de la comunidad, y no por poseer un título universitario o por estar al frente de una institución.

La propia expresión “ulemas oficiales” resulta chocante. No se puede ser sabio por decreto, por designación ministerial. Si miramos a la historia del islam, nos damos cuenta de que la mayoría de los grandes ulemas hoy en día respetados como referencia tuvieron problemas con el poder. Esto es notorio en el caso de grandes alfaquíes como Iman Malik, Ahmad ibn Hanbal, ibn Hazm, ibn Rushd, ibn Taymiya, entre otros. Por desgracia, hoy en día muchos de los que se otorgan a si mismos el título de alim no son sino lacayos al servicio del poder.

No está permitido a ningún hombre imitar (taqlid) a cualquier otro, vivo o muerto, porque cada uno está obligado a realizar, en la medida de sus posibilidades, un iÿtihad. (ibn Hazm)