INMIGRACIÓN
Los enviados de la mara más temida
La banda más violenta de El Salvador ha enviado a Barcelona a dos instructores para reclutar y entrenar jóvenes. Es la inmigración violenta que denuncia Rajoy
JAVIER ESPINOZA. San Salvador
Sin símbolos. Superponen tatuajes para no ser reconocidos.
Al más veterano, de 28 años, le llaman Kigüi y lleva más de una década tirando de navaja. Al segundo le apodan el Enano, tiene 23 años, y su fama de violento le precede. Ambos llegaron a Barcelona hace nueve meses huyendo de su país, El Salvador, donde la Policía les busca por los "horribles crímenes" cometidos, según una investigación llevada a cabo por Crónica.
Pertenecen a una de las bandas juveniles más sanguinarias de centroamérica, la Mara Salvatrucha (MS13) -Mara significa "banda" en la jerga callejera, salva viene de su origen salvadoreño y trucha de "listo", "despabilado"-, vinculada a todos los crímenes posibles -extorsión, tráfico de drogas, armas, prostitución, etc.- y, lo que la hace especialmente peligrosa, con vocación internacionalista.
Los jóvenes, instalados en uno de los barrios del cinturón obrero de Barcelona, llevan grabado a fuego su lema: "Expandirse, poder y entrenar", explica uno de sus compinches al otro lado del Atlántico. Y para aplicarlo han llegado con una misión: reclutar nuevos miembros y activar así su crecimiento por Europa. Han bautizado su clica (territorio controlado por la pandilla) como Los Gauchos, aunque se ignora hasta ahora el número de adeptos que tienen.
Los Mossos d'Esquadra todavía investigan su posible relación en el suceso que, el pasado 13 de enero, se produjo en la discoteca Enjoy de Girona. En la madrugada de ese domingo, el dominicano Gilson Cabrera, de 21 años, fallecía en el acto en el aparcamiento del local tras recibir un disparo con un arma de fabricación artesanal. Su presunto asesino, un joven hondureño de 23 años, pertenece a otra de las bandas más violentas de América Latina: la mara 18, enemigos acérrimos de los salvatruchas, banda a la que podía pertenecer el fallecido.
Si estas informaciones se confirmasen estaríamos ante una terrible evidencia que, no por esperada, deja de tener un enorme calado social: el traslado de las guerras entre estas bandas juveniles de centroamérica a nuestras calles. La primera consecuencia es que los jóvenes hondureños que viven en Barcelona y Girona han dejado de frecuentar locales públicos por temor a una venganza de los salvadoreños.
Los primeros signos de la MS13 se remontan al 2004 cuando las autoridades identificaron grafitis de la pandilla en la Plaza Cataluña. En una de las paredes de la estación Universidad, de la línea 1 del metro, se leía: "Arriba MS". Los Mossos admiten que los números de la banda han crecido de tan sólo 16 miembros en 2004 a más de 70 este año.
Sin embargo, las autoridades matizan el problema: "No hay que confundir realidades distintas", asegura Lluís Paradell, subinspector de los Mossos d¿Esquadra, que ha estudiado a la MS13 desde sus orígenes en Barcelona. "Puede ser cierto que hay un par de miembros de las MS activos en Catalunya pero por el momento no se han destapado", añade.
Paradell insiste que sus actividades "no se parecen en nada a las de las bandas de El Salvador, Guatemala y Honduras. Aquí están todavía en su fase embrionaria, a mucha distancia todavía de los Ñetas y los Latin Kings. Somos conscientes de lo que representan y estamos alerta para detectar algo más serio, pero no hay un sentimiento de inseguridad en la población". Un 80% de sus integrantes son de origen latinoamericano y un 20% son españoles. Sus edades van desde los 16 hasta los 23 años.
EL ORIGEN
La cita es en Soyapango, el barrio más violento y uno de los más pobres de San Salvador, la capital más violenta del subcontinente centroamericano. Allí tiene su dominio el Travieso, veterano pandillero y considerado como uno de los dirigentes de los salvatruchas. Sus tatuajes son discretos. Una "M" en el párpado derecho y una "S" en el izquierdo. Letras apenas discernibles a primera vista en su ceño fruncido y su mirada fiera.
En la entrevista mantenida con él nos confirma la expansión de su grupo a Europa: "Estamos enviando a nuestros homeboys para ver cómo son las leyes en Europa y estar preparados para actuar. Aquí la justicia se está poniendo cabrona", asegura en tono desafiante.
Aprovechamos para informarle sobre la reciente propuesta del PP de rebajar la edad penal de los menores -hasta los 14 años son prácticamente impunes- porque, si ganan las elecciones, esa decisión va a influir en su planteamiento. "Por si acaso, estamos movilizando a los miembros más jóvenes de la pandilla, de unos 10 a 14 años y que por supuesto les gustaría irse a España o a cualquier otro país de Europa", explica este pandillero.
"Hay un chaval al que llaman El Pulguita que tiene como diez años y ya ha matado cuatro. Espera que se le acerquen y el cabrón los mata. La Policía española los ve jugando en la calle pero no tienen ni idea de que se está enfrentando a mentalidades más avanzadas", asegura el Travieso. "La Mara salvatruchas está globalizada. Sabemos en qué parte estamos y quiénes somos. Difundimos nuestros pensamientos a través del teléfono e internet, y hacemos intercambio de homeboys a nivel internacional. En Europa también vamos creciendo poco a poco", añade el joven.
Se estima que sólo en América, entre Los Angeles y San Salvador, esta banda tiene más de 100.000 seguidores. Baste un ejemplo para ilustrar su rápida expansión: cinco de sus integrantes viajaron a Washington y, en sólo tres años, su número sobrepasó los 1.500 pandilleros, según estimaciones.
Y todo ello a pesar de las tremendas pruebas que el grupo impone a los aspirantes. La primera de ellas consiste en soportar durante 13 segundos un linchamiento colectivo para demostrar su valor y amor por la mara. Y aunque no es un requisito, muchos de los pandilleros se tatúan el cuerpo con símbolos alusivos a la banda para demostrar su orgullo de pertenecer a ésta. Su lema: "Por el barrio nací y por el barrio moriré". En el caso de las mujeres, pueden optar por tener sexo múltiple.
Sin embargo, esos tatuajes que en El Salvador suponen un orgullo para ellos, en España sirven para delatarles ante la Policía. Por eso, muchos de los enviados intentan borrárselos o modificárselos con nuevas imágenes sobrepuestas. Así, el joven hondureño acusado del asesinato de Girona, estaba limpio.
Los investigadores han alertado que una de las vías de acceso más frecuentes de estos jóvenes a nuestro país es a través de la reagrupación familiar que contemplan las leyes de inmigración y que aumentó un 40% el año pasado. Con sus padres trabajando en el extranjero, los niños son criados por los abuelos o familiares más lejanos, que les dan mucha más libertad que sus progenitores.
También tienen más dinero gracias a las remesas de divisas que les envían los cabeza de familia, lo que les hace "poderosos" ante sus compañeros. Los expertos creen que esos chavales se convierten en una "bomba de relojería" al llegar a un colegio.
Lo dijo el experto en bandas juveniles Pedro Gallego durante un congreso celebrado en Madrid: "Los Ñetas y los Latin Kings son ositos de peluche comparados con estas maras". ¡Cuidadito con ellos!
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