El wahhabismo fue introducido en lo que hoy es el territorio de Arabia Saudita por Muhammad ibn Abd al Wahhab, un clérigo árabe quien creía que el Islam sunní, la rama de Islam predominante en la Península Arábiga, estaba siendo corrompida por innovaciones tales como el sufismo. Estudió las obras del pensador musulmán Ibn Taymiyya y comenzó a predicar la reforma del Islam sobre la base de las ideas de este erudito. Sus prédicas no fueron bien recibidas y fue repudiado por su padre y hermano, ambos clérigos, que lo expulsaron de su localidad natal, Najd, en la Arabia central.
Decidió entonces mudarse a la ciudad de Diriya y formar una alianza con el jefe saudita Muhammad bin Saud, iniciador de la Casa de Saud y la corriente islámica saudita. Bin Saud promulgó la religión "wahhabista" como la religión oficial del estado. Al Wahhab le dio a Ibn Saud una legitimidad religiosa en su conquista de la Arabia. Las ideas de Ibn Taymiyya eran controvertidas en su tiempo por cuanto afirmaba que ciertos pueblos que se auto denominaban como musulmanes, como por ejemplo los mongoles, conquistadores del califato abásida, eran en realidad no creyentes, y que los musulmanes ortodoxos debían conducir el "jihad" contra ellos.
Por su parte Bin Saud creía que su campaña para restaurar la pureza del Islam justificaba la conquista del resto de la Arabia.
Por su parte Bin Saud creía que su campaña para restaurar la pureza del Islam justificaba la conquista del resto de la Arabia.
En 1801 los sauditas atacaron la ciudad iraquí de Kerbala y saquearon lugares sagrados para los shiítas. En 1803 los sauditas conquistaron La Meca y Medina y también demolieron y saquearon mezquitas shiítas. Los sauditas mantuvieron control de ambas ciudades hasta 1817, cuando fueron retomadas por Mohammed Ali Pasha, que actuaba aliado con los turcos otomanos. En 1818, las fuerzas otomanas conquistaron Najd, capturaron la capital saudita de Diriya y al emir Abdullah bin Saud. Tanto él como sus colaboradores más inmediatos fueron llevados a Estambul, donde fueron decapitados. Sin embargo, los otomanos no destruyeron el wahhabismo en Najd.
Los sauditas retornaron al poder en 1824 y se mantuvieron hasta 1899, cuando fueron derrotados por el emir Mohammed ibn Rasheed. En 1902, Abdul Aziz ibn Saud reconquistó Riad y fundó posteriormente, en 1932, la nación que se conoce hoy en día como la Arabia Saudita.
Los sauditas retornaron al poder en 1824 y se mantuvieron hasta 1899, cuando fueron derrotados por el emir Mohammed ibn Rasheed. En 1902, Abdul Aziz ibn Saud reconquistó Riad y fundó posteriormente, en 1932, la nación que se conoce hoy en día como la Arabia Saudita.
Expansión Moderna del Wahhabismo
En 1924 la dinastía Wahhabi al-Saud conquistó La Meca y Medina. Esto les daba el control sobre el Hajj, el peregrinaje anual a los lugares sagrados y la oportunidad de predicar el wahhabismo entre los peregrinos. No obstante, el wahhabismo no era sino una corriente menor en el Islam hasta 1938 cuando se descubrieron los yacimientos de petróleo en la Arabia. Los inmensos ingresos provenientes de esta nueva riqueza dieron un gran ímpetu a la expansión del wahhabismo. A la fecha cientos de millones de dólares han sido donados alrededor del mundo para crear escuelas, mezquitas, periódicos y otros órganos divulgativos del wahhabismo entre la población musulmana.
Entre los hecho y autores que primero señalaran el punto de ruptura entre el Wahabismo oficializado por la familia Saud y el actual integrismo islámico de origen sunní (debemos recordar que no tratamos en este estudio al sismo) destacaríamos a dos ideólogos cuya influencia es hoy básica en las escuelas coránicas de esta corriente; Sayyib Qutb y Mawlana Abu'l A'la Mawdudi, y a los que une el común enemigo de la cultura occidental.
Para muchos, Qutb es considerado uno de los principales teóricos del islamismo moderno. Convencido de que la sociedad occidental estaba enferma de individualismo, tras vivir un tiempo en EEUU, comenzaría a promulgar a su regreso a Egipto la necesidad de "limpieza" de la sociedad musulmana de cualquier influencia occidental para evitar esa misma "degeneración".De este principio surge la afirmación de que los regímenes musulmanes contemporáneos eran apostatas, al aplicar las leyes seculares y el laicas en lugar de la sharia, instituida por Alá.
Uno de los conceptos centrales de la visión de Qutb es el de jahiliyyah, o ignorancia barbárica, forma en la que considera a las civilizaciones occidentales y su concepto de democracia, derecho o el tratamiento a la mujer. Con estos principios, no es de extrañar que el pensamiento de Qutb sea considerado como una de las principales influencias conformadoras de Al-Qaeda, y en especial, de sus líderes, Ayman al-Zawahiri y Osama bin Laden.
El 30 de agosto de 1965, Nasser acusaría oficialmente a los Hermanos Musulmanes, tras haberlos ilegalizado en 1954, de haberse reconstituido. Su líder, Sayyib Qutb, es detenido juzgado y ejecutado por traición el 29 de agosto de 1966. El actual movimiento salafista egipcio es su continuador clandestino.
Será, sin embargo, Mawlana Abu'l A'la Mawdudi, el que se considere como proveedor de estructura filosófica del terrorismo fundamentalista. La traducción y difusión de su obra en las madrasas construidas bajo los diversos programas de la Liga Árabe con el dinero y supervisión saudí han sido claves de su éxito. Mawdudi afirma en sus obras que "la soberanía política pertenece solo a Dios y por tanto debe ser ejercida en su nombre por ser un gobernante religioso guiado solamente por la Ley Islámica. En ese Estado no puede haber espacio para actitudes o creencias occidentales. La decadencia del Islam ocurrió por la aceptación del secularismo occidental y por tanto debe ser desarraigado para restablecer la pureza islámica. Cualquiera y todos los medios deben usarse para salvar al Islam y retornarlo a su lugar apropiado".
La tradicionalmente reconocida tolerancia del Islam, queda radicalmente rechazada así como sus críticas contra la violencia, supuestamente porque la amenaza es muy grande: "La crueldad contra los no creyentes, los pusilánimes, los musulmanes no devotos y los inocentes está justificada por la primordial importancia del objetivo". Los escritos de Mawdudi desafían a las autoridades tradicionales y da a los terroristas una justificación religiosa que utilizan con gran oportunidad." Ante la difusión de estos principios teóricos entre capas de población cuyo único acceso cultural, cuando no incluso el nutritivo, son este tipo de doctrinas, no resulta demasiado extraño ciertos resultados actuales.
La jihad no es más que otro nombre para la voluntad de hacer reinar el orden de Dios; por eso el Corán ve en ella la piedra de toque de la fé. En otras palabras, las personas que tienen la fé anclada en el corazón no cederán jamás a la dominación de un sistema malo; no dudarán a sacrificar su vida, en la lucha por establecer el Islam"
El asesinato del Presidente egipcio Anuar El Sadat en octubre de 1981 a manos de miembros del grupo Tanzim Al Yihad (Organización del Yihad), seria uno de sus primeros productos concretos.
Este teórico, opone la "verdad divina" a la democracia y se destaca por su polémica contra el sufismo, que considera una practica ilegítima que es necesario erradicar y que llevará a la simpatía incondicional del Ulama wahabí de Arabia Saudí, lo que contribuirá favorablemente a la difusión de su obra.
Este teórico, opone la "verdad divina" a la democracia y se destaca por su polémica contra el sufismo, que considera una practica ilegítima que es necesario erradicar y que llevará a la simpatía incondicional del Ulama wahabí de Arabia Saudí, lo que contribuirá favorablemente a la difusión de su obra.
Otro de los momentos claves en la gestación de movimientos integristas de parentela wahabita sería, sin duda, la masiva campaña de reclutamiento jihadista a nivel global ante la invasión soviética de Afganistán de diciembre de 1979, en el que se llevaría a término el primer estado contemporáneo, si salvamos algo de distancia con Arabia, netamente wahabita. En dicha campaña, el apoyo saudí y la ayuda estadounidense serían claves en la gestación y final triunfo del movimiento talibán. Junto a esto, la formación de grandes escuelas coránicas (Madrazas) en Pakistán con el dinero saudí y al amparo, las mas de las veces, de los programas de la Liga Árabe, constituirá una fuente de desestabilización regional y ascenso del integrismo en la zona con el apoyo constante a sus vecinos afganos y en la disputada región de Cachemira.
Paralelamente, podemos señalar un proceso que en el que se producen los primeros indicios de ruptura entre los saud y su religión como sería, el asalto a la Gran Mezquita de La Meca en noviembre de 1979 perpetrado por un grupo armado dirigido por Juhayman Al Utaybi, que se produce en las mismas fechas en que la revolución islámica de los shiies iraníes derrocan al mayor aliado regional de los estados unidos, como era en eses momento la monarquía persa del Shah.
Bajo la acusación de estar vendido a los intereses de los EE.UU. y de permitir la occidentalización del país, Al Utaybi, se revela contra la familia real, asaltando la gran mezquita de La Meca, donde se harían fuertes en los subterráneos y resistirían a lo largo de quince días de asedio durante los cuales se produjeron disturbios y atentados por todo el país. La rebelión seria finalmente sofocada con ayuda de tropas jordanas, Al Utaybi será detenido y luego decapitado en compañía de 68 de sus seguidores.
El conflicto irano-iraquí será otro caldo de cultivo para entender el actual enfrentamiento de los grupos extremistas de origen sunni frente a los shiies de irak. La pretensión iraní de demostrar una unidad con la minoría sunni de su territorio será mas una forma de excusar su paralela labor de proselitismo, como se demuestra con los grupos palestinos y su participación en el conflicto libanés.
Sin embargo, la gran figura carismática de todo el nuevo movimiento islamista de la actualidad será, sin duda, la de Osama bin Laden, en la que se han centrado todos los objetivos sobre todo después de su campaña terrorista frente a intereses occidentales y las proporciones de algunos de sus atentados contra población civil en EEUU, España o Gran Bretaña. Bin Laden es el decimoséptimo hijo, entre más de cincuenta de Mohammad bin Laden, uno de los empresarios de la construcción más ricos de Arabia Saudí con intereses internacionales entre los que EEUU y en concreto la familla Bush no son ajenos. A la muerte de este, el enorme conglomerado empresarial del Grupo Binladin pasaría a manos de sus hijos. Estos intereses no serían óbice para que Bin Laden, se uniera a la campaña internacional de alistamiento en la resistencia Afgana inmediatamente después de la invasión soviética de 1979.
Así, el licenciado en Administración de Empresas, Bin Laden, pasaría a ser entrenado por la CIA, de la que aprendería cómo mover dinero a través de sociedades fantasmas y paraísos fiscales, preparar explosivos o utilizar códigos cifrados para comunicarse y ocultarse. Destacable será también el apoyo económico estadounidense a la guerrilla afgana durante la siguiente década, que ascenderá a tres mil millones de dólares, cantidades que irán a parar directamente a los mismos grupos extremistas que tomarían el poder después de la definitiva retirada soviética de 1989.
A su vuelta, sería recibido como un héroe de la causa árabe, lo que pronto cambiaría por su crítica ante la presencia de tropas norteamericanas en Arabia durante la primera guerra del golfo, llevándole a unas desavenencias con los saud que terminarían en confrontación y su salida del país en 1994, después de que el gobierno saudí confiscara su pasaporte tras de acusarlo de subversión. En este contexto, Bin Laden acusaría al Ulama wahabí, que saldría en defensa de la familia real, de pertenecer a un régimen apóstata. Toda una declaración de guerra que supondría la ruptura definitiva con el movimiento que hasta entonces había tenido como referente al propio estado saudí y a un wahabismo subordinado a sus intereses y del que finalmente le germinarían movimientos independientes.
Seguidamente, Bin Laden huiría a Sudán, donde pronto se le acusa de organizar campos de entrenamiento terroristas y es asimismo expulsado en 1996. Después regresaría a Afganistán, donde recibe protección del régimen talibán, la milicia gobernante. Para 1993 ya había formado el grupo al Qaeda (en árabe: "la Base"), partiendo precisamente de los militantes musulmanes formados en Afganistán para extender sus redes en todo el orbe musulmán. La característica forma de células de estos grupos harán que su detección y seguimiento sea difícil y que la desarticulación de una de estas no lleve a mayores estructuras. En 1998 el grupo de Aymán al-Zawahirí se fusionaría con la organización Al-Qaeda, iniciando un proceso de confluencia yihadista en el que, teniendo en cuenta la composición celular y por tanto desestructurada del movimiento, esta organización pasa a convertirse en el referente de todo el movimiento salafista mundial.
A partir de ese momento se iniciará la campaña terrorista mundial con los atentados como los de coches bomba contra blancos estadounidenses en Arabia Saudí en 1996, el asesinato de turistas en Egipto en 1997, y los ataques con bomba simultáneos a las embajadas estadounidenses en Nairobi (Kenia) y en Dar es Salaam (Tanzania) en 1998, que terminarían con la vida de casi 300 personas. Pronto, contará con estructuras sólidas en Yemen, Libia, Bosnia, Chechenia y las Filipinas.
La figura de Bin Laden comienza a tomar un cariz de liderazgo religioso cuando durante los años 1996 y 1998 comienza a promulgar una serie de fatwas, declarando la guerra santa contra los Estados Unidos, a los que acusa de saquear los recursos naturales del mundo musulmán y de ayudar e incitar a los enemigos del Islam. El contexto enconado de la Palestina ocupada, su connivencia con Israel y las declaraciones de ciertos elementos evangelistas, entre los que está suscrito el propio Bush, señalando el papel sagrado de la presencia judía en "tierra santa", servirán como más aportes a estas justificaciones.
El propio bin Laden confirmará que su meta es la de involucrar a los Estados Unidos en una guerra a gran escala con el mundo musulmán, que terminaría con los gobiernos musulmanes moderados y restablecería el califato, como gobierno único mundial de todos los musulmanes. Con este fin, al Qaeda, con la ayuda de la considerable riqueza de Bin Laden, entrenó y equipó a terroristas.
1 comentario:
Esta entrada me ha ayudado para un trabajo que tenía que hacer para el instituto, muchas gracias! (:
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