La celula islamista que facilitó la huida de algunos terroristas del 11-M, ha sido detenida, esta madrugada.
Los ocho detenidos en la operación "Amat" contra el terrorismo islamista desarrollada esta madrugada en Barcelona, Madrid y Algeciras (Cádiz), formaban parte de una célula que daba cobertura y apoyo a terroristas de Al Qaeda, entre ellos algunos de los implicados en los atentados del 11-M.
Los detenidos ayudaron a huir a algunos terroristas del 11-M.
Según las investigaciones policiales, los ahora detenidos, todos de nacionalidad marroquí, acogieron, ocultaron y facilitaron la huida a los fugados tras los atentados de Madrid del año 2004, entre ellos: Mohamed Larbi Ben Sellam, Daoud Ouhnane, Mohamed Afalah, Othman El Mouhib y Abdelilah Hriz.
La operación, puesta en marcha por la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía, en colaboración con las brigadas de información de Barcelona, Madrid y Algeciras, bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número Cinco de la Audiencia Nacional, es continuación de la operación "Tigris", desarrollada en el año 2005.
En aquella ocasión, se desarticuló una célula que se encargaba del adoctrinamiento, reclutamiento, financiación y envío de terroristas a Irak, con la misión de cometer acciones suicidas contra las tropas extranjeras y otros objetivos fijados por la organización Al Qaeda.
Según ha informado la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, las detenciones se han realizado en las localidades de Cerdanyola del Vallés, Santa Coloma de Gramanet y Badalona (Barcelona), Madrid y Algeciras (Cádiz).
Los arrestados son My Mhamed Idrid Hachim, nacido el 22 de febrero de 1979 en Marrakech (Marruecos); My Driss Ben Moussa, nacido el 23 de octubre de 1951 en Berkane (Marruecos); Youseef Ben Moussa, nacido el 31 de enero de 1985, en Tánger; Bilal Ben Moussa, nacido el 30 de diciembre de 1980 en Tánger; Abdelaziz Laakel, nacido el 5 de enero de 1966 en Anjra (Marruecos); Fouad Dkikar, nacido el 15 de agosto de 1977; Mostafa Filali, natural de Tánger de 29 años; y Mohamed Ben Hesaien, nacido el 21 de diciembre de 1976 en Tánger.
1 comentario:
Un texto requisado en Cataluña adoctrina a los islamistas sobre cómo pasar inadvertidos - "El musulmán tiene que imitar al infiel si eso beneficia al islam".
Todo vale en favor de la yihad. Mentir, vestirse con ropa occidental, disfrazarse, beber alcohol, llevar el pelo corto, usar nombre falso, encriptar documentos y utilizar tinta invisible es legítimo y en ocasiones obligado, según recoge el manual de seguridad del yihadista encontrado por la Guardia Civil en el domicilio de Mohamed Mrabet en Vilanova i la Geltrú. Mrabet es un carnicero marroquí de 39 años, detenido en 2006 y procesado por dirigir una red de Al Qaeda que envió suicidas a Irak.
El documento La clandestinidad en la yihad es un deber legítimo. Manual de seguridad, al que ha tenido acceso EL PAÍS, no tiene autor ni fecha de publicación, pero de la lectura de sus 30 páginas escritas en árabe se desprende la obsesión de los yihadistas por infiltrarse en la sociedad occidental sin levantar sospechas. En él se explica con todo lujo de detalles cómo crear una célula y qué hacer y decir durante los interrogatorios policiales.
La Guardia Civil cree que los 22 miembros de esta célula, que serán juzgados en la Audiencia Nacional, siguieron las pautas que recoge el manual encontrado en el domicilio del hombre acusado de enviar a Irak a Belgacem Bellil, un argelino que, al volante de un camión bomba, asesinó en 2003 a 19 soldados italianos en Nasiriya (Irak).
"La clandestinidad en la yihad es un deber legítimo, en el nombre de Dios clemente y misericordioso. El secretismo es un factor clave en cualquier guerra. Es un error negar su uso para la yihad porque los infieles gobernantes reclutan a miles de agentes de inteligencia para obtener información sobre los muyahidines. Quien dice que no hay secretismo en las operaciones islámicas contradice la Sunna del profeta", dice el capítulo primero.
Sobre el uso de la mentira y el disfraz, el autor del manual es taxativo y se apoya en el testimonio de algunos sabios: "Muchos ulemas permitieron usar la mentira en caso de conseguir un beneficio religioso que pueda acabar con el castigo de los infieles hacia los musulmanes. La historia del islam está llena de cuentos sobre este tema... El musulmán tiene que imitar a los infieles en su forma de vestirse si eso va en beneficio del islam. Como los judíos que habitaban la península árabe en el tiempo del profeta".
Los consejos para la seguridad preventiva del yihadista son muy vastos, pero de todos ellos destaca la obsesiva petición de precaución: "Hay que tener mucha precaución para llevar a cabo cualquier operación yihadista porque cualquier error, por pequeño que sea, puede costar la vida de mucha gente".
El autor aconseja aprender del enemigo y le incita a leer "libros especializados de los servicios secretos" del país donde resida, así como a seguir todas las noticias que publiquen los medios "sobre los planes, las estrategias y las medidas que toman las fuerzas de seguridad del enemigo contra los musulmanes". "Hay que estudiar detenidamente las anteriores operaciones islámicas que tuvieron éxito (11-S, 11-M, 7-J...) y organizar encuentros con los yihadistas que tienen más experiencia, especialmente los que sufrieron persecución, detención e interrogatorio".
Escapar de la rutina
El peor enemigo de la clandestinidad es la rutina, por lo que "hay que ir cambiando de forma de vestir, de corte de pelo, lugar de residencia, coche, rutas diarias, horas de salida y entrada, lugares, reuniones y encuentros". "Usa apodos, nombres y códigos falsos, incluso entre los miembros del mismo grupo, habla en voz baja, di lo mínimo, hablar demasiado puede conducir a que algunas informaciones lleguen al enemigo y perjudiquen al resto de los muyahidines. Si hablas más de lo que debes te convertirás en prisionero de tus palabras... Si prestas tus libros a alguien, acostúmbrate a no escribir tu nombre en ninguno", aconseja el autor.
¿Qué hacer con la información? ¿Cómo deshacerse de ella? "Los papeles, quémalos o échales agua encima y tíralos por un desagüe. En caso de urgencia, trágatelos si alguien irrumpe en tu casa. Para deshacerte del plástico o de otro material, lo mejor es destruirlo, luego enterrarlo o tirarlo al mar. Intenta no escribir ningún dato o información que pueda perjudicar a los demás miembros del grupo. Acuérdate de las pruebas materiales y de su importancia como elemento de acusación. No debes tener nada en casa. Contempla que las llamadas telefónicas y el correo estén intervenidos".
La escritura de una carta o documento debe hacerse siempre con tinta simpática, un componente químico que se usa para la escritura invisible, "pero que no sea el tipo de tinta que se puede mostrar con el calor", advierte el autor. "En la página usada para dicho fin hay que escribir otra carta de contenido normal para no levantar sospechas. Las informaciones importantes tienen que ser escritas en tinta simpática y con claves acordadas antes con el destinatario". Hay distintos colores de tinta: azul, azul marino, rojo, negro y marrón, además de la tinta del tabaco, solución de ácido sulfúrico con agua. El manual advierte que hay que usar un bolígrafo de oro "y cuando se acerca el cigarro aparece la escritura".
"Las órdenes del emir (jefe) transmitidas por otras personas tienen que tener un código secreto acordado anteriormente", ordena el manual, que dedica un capítulo a la codificación y explica que hay que dividir las letras del alfabeto árabe en seis grupos. Para el autor, una buena codificación tiene que ser simple, fácil de usar y tener un alto nivel de seguridad. Los yihadistas, según este documento, emplean el método de combinar números con señales. Y ofrece todas las claves.
Esquizofrénico protocolo
El documento da instrucciones para el uso correcto de la codificación. Tiene que haber un anterior acuerdo entre el remitente y el destinatario, dos copias de la clave, las identificaciones de ambos deben estar determinadas, han de fijarse el tiempo y la fecha para el contacto, la carta debe ser corta y comprensible, hay que cambiar la clave después de cinco o seis contactos y ocultar cualquier huella de la carta después de descodificarla. Todo un esquizofrénico protocolo para no ser descubierto.
El trato del yihadista con su grupo o célula es otro de los aspectos más desarrollados del manual. "Los miembros del grupo tienen que acordar siempre cuatro puntos muy importantes: la obediencia, el secretismo, la paciencia y la defensa de los emires". "No respondas a las preguntas de tus compañeros de tu mismo grupo ni recibas instrucciones de ellos, salvo con permiso de tus líderes. En caso de que te sientas vigilado, infórmales, corta tus contactos con todos tus hermanos musulmanes y no contestes a ninguna llamada telefónica".
La documentación del yihadista merece un capítulo. Los responsables de una célula deben llevar siempre más de un pasaporte falso. "El pasaporte tiene que ser con un nombre falso. La foto tiene que ser sin barba y la profesión mencionada algo muy sencillo... Si no es la tuya, aprende algo sobre ella". A la hora de viajar, prohíbe los aeropuertos grandes y ordena usar el transporte público al entrar en las ciudades.
El manual da instrucciones precisas, que este periódico omite para evitar su publicidad, sobre cómo evitar las vigilancias, las escuchas telefónicas o cómo comportarse durante un interrogatorio policial. Y lanza este consejo: "Lee y conoce distintos grupos islámicos, porque tener referencia sobre ellos te ayudará a despistar a la policía y eso impedirá definir tu tendencia".
Para atacar objetivos y entrar en edificios protegidos aconseja "utilizar ropa del Ejército" o disfrazarse con uniformes de distintos servicios públicos. Y para financiar a la célula reconoce que la mejor vía es la limosna de los fieles en algunas mezquitas. "¡Acuérdate de que puedes mentir!", insiste una y otra vez el documento hallado en Vilanova i la Geltrú.
Los códigos 'idiota'
La CIA los denomina códigos idiota. Éstas son algunas de las claves más usadas por los islamistas en España al hablar por teléfono.
- Boda: suicidarse en Irak.
- Casarse: suicidio en la yihad
- Ir a Francia: unirse a la insurgencia iraquí.
- Miel: explosivos.
- Enfermo: detenido o vigilado por la policía.
- Hospital: estar en prisión.
- Zakuniya: comunicarse por correo electrónico.
- Camisetas: traslado de armas.
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