El comandante Ignacio Rosales de Salamanca pertenece al cuerpo de Caballería del Estado Mayor del Ejército. Ha elaborado un informe sobre la compleja realidad que deben afrontar las tropas españolas incluidas en la ISAF (International Security anda Assitance Force) al enfrentarse a la insurgencia.
En este análisis, hecho público en el último número de la revista Ejército, se tiene en cuenta que el contingente español debe vérselas no sólo con una población y un país con mentalidad y rasgos muy diferentes a los occidentales, sino que también deben actuar, codo con codo, con tropas afganas cuyos soldados están influenciados por esos mismos elementos.
Expuestos de forma sintética, estos son los rasgos del pueblo afgano que permiten entender algunos sucesos acaecidos en esta delicada zona de operaciones:
El ‘Código Pashtunwali’.
-- La tribu de los pashtunes representa el 50% de la población afgana y despliega un concepto de vida tribal muy singular, conocido con el nombre de ‘código pashtunwali’. Es previo a la ‘sharia’ (cuerpo de derecho islámico) y se basa en diferentes principios de honor.
-- La ‘melamastia’ obliga a la hospitalidad con independencia de la raza, la religión o la nacionalidad del invitado. Incluso si el auspiciado es el enemigo ya derrotado y batido, se le debe este derecho si es requerido.
-- El ‘nanawatey’ es un concepto relacionado con el anterior y marca el deber de conceder asilo y protección a toda costa. Este sentido de acogida permite entender el compromiso que se estableció en Afganistán con Osama Ben Laden, que fue acogido, auxiliado y defendido.
-- El ‘badal’ exige la reciprocidad, la justicia y la venganza, sin restricciones de tiempo y mantenida incluso a través de las generaciones. Hay que considerar, por ejemplo –y las tropas han tomado buena nota de ello-, que una simple burla puede ser considerada como un grave insulto que debe ser reparado con derramamiento de sangre. Y la venganza no caduca: el afgano no olvida y ejecutará la represalia antes o después, con un contingente o con el siguiente.
-- Varios: ‘zmeka’ (defensa de su tierra y de sus propiedades); ‘nang’ (sentido del honor, norma inquebrantable de tipo personal y familiar); ‘namus’ (respeto por sus mujeres y el honor debido a ellas); ‘hevad’ (defensa y amor a su nación); ‘paktara’ (entrega en cuerpo y alma a proteger su país).
Otro concepto de tiempo.
-- La insurgencia utiliza otro concepto de tiempo. La propia organización semanal es diferente (el viernes es el día más importante, pues se reúnen en la mezquita para rezar). Se vive a otro ritmo, algo que “al principio del despliegue militar puede parecer baladí pero que adquiere gran importancia a medida que el conflicto se prolonga”.
-- La mayoría de la población “se mueve a velocidad de pollino, medio de transporte por excelencia, lejos del tiempo digitalizado de nuestras sociedades”.
-- Cuando la ISAF debe asistir a una reunión de planeamiento con las tropas de seguridad afganas descubre que la puntualidad, por ejemplo, tiene un sentido diferente y no lleva consigo las connotaciones de falta de respeto que sí se le da en occidente.
-- Al preparar operaciones conjuntas con las tropas locales es preciso explicar y traducir bien este concepto para evitar faltas de entendimiento y coordinación.
Las democracias occidentales son críticas con el modo en el que se invierte el dinero y demandan resultados tangibles en ciclos de tiempo relativamente cortos en comparación con la mentalidad oriental.
Las democracias occidentales son críticas con el modo en el que se invierte el dinero y demandan resultados tangibles en ciclos de tiempo relativamente cortos en comparación con la mentalidad oriental.
Otra forma de entender la vida y la muerte.
-- La promesa del paraíso para los que mueren en la guerra santa como mártires también rige aquí y es un factor de motivación extra para unos combatientes ya de por sí experimentados y aguerridos.
-- Es sorprendente el interés de las Fuerzas de Seguridad Afganas por recuperar sus muertos en acción dentro de las horas siguientes a su fallecimiento para darles sepultura conforme a su tradición. En ocasiones, las operaciones han debido diseñarse atendiendo a este interés extremo, casi más marcado que el trato que se da a los heridos en combate.
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