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miércoles, 22 de octubre de 2008

* Pedro de Alvarado y Contreras (1485-1541)

Pedro de Alvarado y Contreras (n. Badajoz, Extremadura (España, 1485 - † Guadalajara, Nuev España, 4 de julio de 1541). Conquistador español que participó en la conquista de Cuba, en la exploración por Juan de Grijalva de las costas de Yucatán y del Golfo de México, y en la conquista de México dirigida por Hernán Cortés. Puede considerársele como conquistador de gran parte de América Central y pudo haberlo sido también del Perú, pero renunció a ello tras enfrentarse primero, y negociar después, con Diego de Almagro.
Prácticamente todas las referencias a Alvarado mencionan como mínimo su carácter enérgico; la mayoría lo elevan a crueldad. A veces se asocia incluso su nombre al genocidio, tanto por su iniciativa en la Matanza de Tóxcatl, como por su posterior participación en el sitio de Tenochtitlan, y sobre todo por la violencia extrema de sus acciones en Centroamérica.
En México los indígenas lo llamaban Tonatiuh, (el Sol), por su aspecto físico; al parecer era rubio y de elevada estatura, lo que lo convertía en caso típico para la deificación, que inicialmente hicieron los mexicas de los españoles, considerándolos las "gentes rubias y barbadas" anunciadas como signo del regreso de Quetzalcóatl

Llegada a América y conquista de Cuba (1509-1511)

En 1509, con 25 años, desembarcó en La Española, junto a sus hermanos (Gonzalo, Jorge, Gómez, Hernando y Juan). Un año después, a las órdenes de su tío Diego Velázquez, participó en la conquista de Cuba.

Expedición de Grijalva (1518)

En 1518 acompañó a Juan de Grijalva como capitán de un navío en su viaje de exploración por las costas de Yucatán y el Golfo de México, en el que se produjo el descubrimiento de Cozumel. Fue el primero en navegar el río Papaloapan, razón por la cual la población cercana a la desembocadura del río se le bautizó con el nombre de "Alvarado".

Conquista de México (1519-1521)

Varios hermanos Alvarado se unieron a Cortés en la isla Trinidad, cuando iniciaba su viaje, entre ellos Jorge, Gonzalo y Gómez, y Juan el viejo bastardo, Pedro fue el primer capitán de Hernán Cortés durante la conquista de México.

Participó en la batalla sostenida contra los tlaxcaltecas dirigidos principalmente por Xicohténcatl. Una vez que los conquistadores españoles vencieron y pactaron una nueva alianza con los tlaxcaltecas, en muestra de paz les regalaron mujeres a los principales capitanes. Una de ellas fue la propia hija de "Xicohténcatl el viejo" a quién se le bautizó como doña Luisa y era destinada para Hernán Cortés, quién la cedió a Pedro de Alvarado. Siendo aún soltero, Pedro de Alvarado tuvo un hijo con doña Luisa a quién bautizó con su propio nombre y una hija a la cuál bautizó con el nombre de Leonor. Leonor se casó con Francisco de la Cueva primo del duque de Alburquerque.

Realizó una inspección de avanzada junto con Bernardino Vázquez de Tapia hacia las inmediaciones de Tenochtitlan con el fin de observar y determinar la mejor ruta; Vázquez de Tapia cayó enfermo de calenturas en el camino y Alvarado tuvo que completar la misión, ambos regresaron a Cholula para informar a Cortés los pormenores. Fue entonces cuando los indígenas le pusieron el apodo de Tonatiuh.

En 1520, en ausencia de Cortés, que había ido al encuentro de Pánfilo de Narváez, Pedro de Alvarado, que había quedado al mando, ordenó la matanza del patio del Templo Mayor que precedió a la derrota de los españoles conocida como la Noche Triste. Recriminado por Cortés, que se vio obligado a volver apresuradamente a Tenochtitlan a socorrerlo, alegó que los aztecas estaban preparando sacrificios humanos para la fiesta del Tóxcatl (quinto de los dieciocho meses del calendario mexica), incumpliendo su promesa de no hacerlo, y que con la fiesta se preparaba una trampa para atacar a los españoles. Pero incluso las fuentes más indulgentes con Alvarado coinciden en denunciar que ordenó sin previo aviso que se atacara a los danzantes de la fiesta, asesinando a entre trescientas y seiscientas personas desarmadas. Los testimonios aztecas recogidos por Fray Bernardino de Sahagún describen una cruel carnicería.

El "salto de Alvarado"

Durante la huida de Tenochtitlan se le atribuye haber salvado la vida, pese a estar rodeado de enemigos, saltando un canal apoyado en su lanza, hincada en el barro; el gesto ha tomado su nombre, "Puente de Alvarado", nombre también de una céntrica calle de Ciudad de México situada en la zona donde pudo ocurrir el hecho. Podría citarse como precedente del salto con pértiga, igual que se hace con Filípides para la maratón, pero el salto muy probablemente no existió: la referencia procede de Francisco López de Gómara, que no fue testigo ocular, y es desmentida con gran rotundidad por Bernal Díaz del Castillo, que sí estuvo allí, y que esgrime contundentes argumentos: ningún testigo se hubiera percatado del salto, ocupados como estaban en salvar sus vidas; la profundidad del agua y la anchura del canal salvado descartan la viabilidad de la acrobacia y, finalmente, el mismo Bernal no oyó a nadie mencionar el salto hasta mucho después de la conquista, con ocasión de la edición de unos libelos laudatorios para Alvarado.
Conquista de Guatemala y El Salvador (1521-1527)

Tras la toma de Tenochtitlan en 1521, Cortés lo comisionó para otras expediciones más al sur, lo que le permitió pasar a la historia también como conquistador de Guatemala, El Salvador junto a su hermano Gonzalo de Alvarado y, aunque siguiendo a Cortés, también concluyó la conquista en Honduras.

En 1524 fundó Santiago de los Caballeros, luego llamada Ciudad Vieja.

En 1527 viajó a España y se entrevistó con Carlos V. Es este su momento de mayor gloria, al recibir del emperador los nombramientos de gobernador, capitán general y adelantado de Guatemala, más de lo que conseguiría nunca Cortés de Nueva España. Sin embargo, a su vuelta a América, en 1529, el gobernador de la Nueva España lo encarceló y lo procesó; sólo pudo librarse del cautiverio por la intervención de Cortés.

Fallido intento de intervenir en la conquista de los Incas (1534)

Las noticias sobre las riquezas de los incas y la conquista que emprendió Francisco Pizarro llegaron a oídos de Alvarado en Guatemala. Solicitó y consiguió permiso del Rey de España para hacer descubrimientos y conquistas en las tierras de la provincias de Quito del Imperio Inca que estuvieran fuera de los limites asignados a Francisco Pizarro. Construyó su flota en el Pacífico Sur, donde fundó el Puerto de Iztapa (en Guatemala). A principios de 1534 se hizo a la vela con una flota compuesta por ocho navíos, en los cuales se embarcaron 500 infantes bien armados, 227 caballos y un número de indígenas de Guatemala. Bartolomé de las Casas, en su Brevísima Relación, recuerda la mortandad de indios que generaban estas expediciones, tanto por obligarlos a transportar hasta el Mar del Sur los materiales con los que se construían los barcos, como por las condiciones de viajes y trabajos.
Desembarcó en la bahía de Caráquez (Ecuador); pasó luego a Charapotó, donde fundó la Villa Hermosa de San Mateo de Charapotó; de ahí a Jipijapa, a Paján y al rio Daule. Volvió a retroceder hacia los bosques de Paján, donde se detuvo algún tiempo. Sus fuerzas avanzaron por el sur hasta mucho más arriba de Chonana, y por el norte bajaron tanto que llegaron hasta el territorio de Nono, en la actual provincia de Pichincha, a pocos kilómetros de Quito. Desde Nono, desandando muchas leguas, tornaron a los bosques pantanosos de Chimbo en la region occidental, por donde, ya juntándose de nuevo toda la expedición, empezaron a ascender la cordillera de los Andes hasta salir a las alturas de Ambato. Como Alvarado anduvo perdido en las provincias del litoral durante los meses de febrero, marzo y abril, sufrió las molestias de las lluvias de invierno, cuando en la costa los llanos y todo el suelo en general se convierten en anegadizos y pantanos intransitables; y saliendo a la planicie interandina, en agosto, pasó la cordillera precisamente en la época de los mayores vientos y de las más fuertes nevadas.

Llegó Pedro de Alvarado a las llanuras de Ambato, actualmente en Ecuador, con un ejército completamente débil, ya que llevaba muchos meses padeciendo las inclemencias de la selva costanera, en la que se perdieron, porque los guías indígenas que habían retenido a la fuerza lograron huir. Por esta razón, no estaban en condiciones de enfrentarse con Diego de Almagro y Sebastián de Belalcazár y prefirieron llegar a un arreglo amistoso el 26 de agosto de 1534, que consistió en que Pedro de Alvarado recibiría una indemnización por los gastos que había hecho en tan malhadada expedición y, a cambio, Diego de Almagro y Gonzalo Pizarro consiguieron que Pedro de Alvarado les cediera los barcos, caballos y hombres que quisieran quedarse. Pedro de Alvarado, finalmente, regresó a Guatemala. Francisco López de Gómara, en su Historia General de las Indias, cifra la indemnización en cien mil pesos de oro, que fueron pagados, cumpliendo la palabra de Almagro.

Proyecto de expedición a las Molucas (1539-1540)

No soportó mucho tiempo la inactividad como gobernador de Guatemala y Honduras, antes de solicitar y obtener de la corona otro encargo de exploración, esta vez a las inasibles islas de la Especiería. Estaba preparando esta expedición y deambulando con su flota por el pacífico mexicano cuando fue requerido por el virrey Antonio de Mendoza, que quería participar en la empresa. Pero antes le haría a Alvarado un encargo militar que habría de ser el último: sofocar la rebelión de indios caxcanes y chichimecas que había estallado en Nueva Galicia (en lo que hoy es el Estado de Jalisco, Mex.).
Muerte en Nochistlán (1541)

En esa última acción militar, que a veces se conoce como Guerra del Mixtón, Alvarado fue arrollado por el caballo de un compañero inexperto que huía del contraataque de los indios chichimecas, que estaban parapetados en el Cerro del Mixtón (gato) y eran comandados por Francisco Tenamaxtle, un caxcán que se había levantado en armas por la opresión castellana. Sucedió en Nochistlán, en el sur de lo que hoy es el estado de Zacatecas.

Muerte de Alvarado, tal y como aparece representada en el Codex Telleriano-Remensis. Junto a su cabeza aparece su nombre en Nahuatl: Tonatiuh, "Sol"
Tras unos días de agonía, murió el 4 de julio de 1541. Su cuerpo fue enterrado primero en la iglesia de Tripetio (Michoacán), y trasladado cuarenta años después por su hija, Leonor Alvarado Xicotencatl, a Antigua Guatemala, junto al de su mujer Doña Beatriz de la Cueva –llamada la sinventura, no sin motivo: enviudó menos de un año después de suceder a su hermana como mujer de Alvarado, y luego sobrevivió a su marido sólo otro año–; la última morada de Alvarado está en una cripta de la catedral.

lunes, 4 de agosto de 2008

* Diego de Almagro (España 1479 - Perú 1538)

Diego de Almagro Descubridor y conquistador de Chile
Primeros años

Diego nació en la ciudad de Almagro, fué hijo ilegitimo de Juan de Montenegro y Elvira Gutiérrez. Ambos padres se habían dado la promesa de matrimonio, pero terminaron su noviazgo sin realizar este compromiso. Para cuando rompieron Elvira estaba preñada de Diego, razón por la que sus familiares la ocultaron hasta que naciese el niño, que vio la luz el año 1479.

Para salvar el honor de la madre, sus familiares le quitaron el infante y lo trasladaron a la cercana aldea de Bolaños, para después ser criado en Aldea del Rey, a cargo de Sancha López del Peral.
Cuando cumplió los 4 años volvió a Almagro, bajo la tutela de su tío llamado Hernán Gutiérrez, hasta los 15 años, cuando por causa de la dureza de su tío se fugo de casa.

Se dirigió a la casa de su madre, que ahora vivía con su nuevo esposo, para avisarle de lo ocurrido y de que se iría a recorrer el mundo, pidiéndole algo de pan que le ayude a vivir en su miseria. Su madre, angustiada, le busco un pedazo de pan y unas monedas y le dijo: «Toma, hijo, y no me des mas pasión, e vete, e ayúdate de Dios en tu ventura».

Después se le encontraría en Sevilla como criado de don Luis de Polanco, que era uno de, los alcaldes de aquella ciudad. Durante este trabajo que realizo, Almagro acuchillo a otro criado por ciertas diferencias, dejándolo con heridas tan grave que Almagro no quiso enfrentar un juicio, por lo que huyo de Sevilla y vago por los rutas hasta que decidió partir a América.

Llegada a América

Almagro llego al nuevo mundo el 30 de junio de 1514en la expedición que Fernando el Católico enviaba al mando de Pedrarias Dávila. La expedición desembarco en la ciudad de Santa Maria la Antigua del Darien, en donde se encontraban muchos otros futuros conquistadores destacados, entre ellos Francisco Pizarro.

De Almagro no se tienen muchas noticias en este periodo , pero se sabe que acompaño a varios capitanes que salieron de la ciudad de Darien entre 1514 y 1515, aunque se mantuvo principalmente en la ciudad, construyéndose una casa y dedicándose a la agricultura.

Desarrollo su primera acción conquistadora el 30 de noviembre de 1515, cuando partió de Darien al mando de 260 hombres, fundando villa del Acla, ubicada en el lugar del mismo nombre, pero tuvo que desistir de su empresa porque cayo enfermo y debió regresar a la ciudad, dejando la misión de completar su plan al licenciado Gaspar de Espinosa.

Espinosa decidió realizar una nueva expedición, partiendo en diciembre con 200 hombres, en los que estaba un ya recuperado Almagro, y Francisco Pizarro, quien por primera vez tenia el cargo de capitán. Durante los 14 meses que duro la expedición. Se conocieron los dos hombre, si es que no lo habían hecho en el pasando, y conocían ya al padre Hernando de Luque, y aunque la famosa sociedad entre los tres no estaba realizada ni mucho menos, ya se demostraban confianza y amistad.

Almagro trabajo por algún con Vasco Núñez de Balboa, en ese tiempo encargado de Acla, que con los materiales de la expedición de Espinosa quería formar un barco, recortarlo y reconstruirlo en el mar del sur (el Pacífico), sin embargo, según los datos tenidos hasta el momento, no hay indicios de que participara en la expedición de Balboa y es mas probable que allá regresado a Darien.

Tomo parte en las incursiones, fundaciones y conquistas desarrolladas en el golfo de Panamá, participando nuevamente en una de las expediciones de Espinoza, que se transportaba en dos barcos de Balboa. De Almagro en esta expedición solo sabemos que sirvió como testigo en listas que a cada acontecimiento relacionado con indígenas que hacia levantar Espinoza.

Permaneció en la recién fundada ciudad de Panamá y ayudando a la poblar esta. Durante cuatro años no participo de nuevas expediciones, ocupando su tiempo administración de sus bienes y los de Pizarro. Nació en esta época su hijo Diego de Almagro el Mozo, que tuvo con una india de la región llamada Ana Martínez.


Conquista del Perú

Para aquella época se formalizo la sociedad entre Almagro, Pizarro y Luque, recibiendo a principios de agosto de 1524, el permiso esperado para descubrir y conquistar por cuenta suya las tierras ubicadas en el levante de Panamá, empresa que culminaron con la conquista del Imperio Inca por parte de Pizarro.

Almagro permaneció en Panamá para reclutar hombres y conseguir avituallamiento, mientras Pizarro capturaba a Atahualpa en Cajamarca. Los éxitos de Pizarro lo movieron a solicitar el permiso real para emprender, por cuenta propia, la conquista de nuevos territorios, lo que le fue denegado; no obstante, cuando llegó a Perú, en 1533, lo hizo con un título de igual importancia que el de Pizarro, lo cual causó fricciones entre ambos.

Tras repartirse el tesoro de Atahualpa y ejecutarlo, partieron hacia Cuzco y tomaron la ciudad. La intromisión de Pedro de Alvarado se resolvió con el pago de una indemnización a éste y su retirada, con lo que se evitó un conflicto.


Descubrimiento de Chile

Diego de Almagro llega al Valle de Copiapó (1536) donde tomó posesión de Chile en nombre de Carlos V

Almagro inicio los preparativos de su expedición a Chile con buenos auspicios. Le llegaban noticias de los incas de que la región al sur el Cuzco estaba poblado de oro, por lo que junto fácilmente 500 hombres para la expedición, muchos de los cuales lo habían acompañado al Perú. Iban también en la expedición unos 100 negros y unos 10.000 o mas indios yanaconas para el transporte de las armas, ropas, víveres, etc.

Las noticias que les llegaban de Chile eran falsas, los incas planeaban una rebelión contra sus dominadores y deseaban que aquel grupo tan numeroso de españoles se alejara del Perú. Para convencerles, cuando Almagro le pidió al Inca Manco un alto señor del imperio para que les preparada el camino junto a tres soldados españoles, Inca les entrego el mas alto jefe religioso, el Villac-Umu, a su propio hermano llamado Pablo Inga, y su propia compañía.

Encomendó a Juan de Saavedra que se adelantase con un columna de cien soldados para que, a la distancia de unas ciento treinta leguas, fundase un pueblo y lo esperase con los alimentos e indios de relevo que pudiera reunir en aquellas comarcas.

Almagro salió de Cuzco a principios de julio de 1535 y se detuvo en Moina, hasta el 20 de ese mes, detenido por el inesperado arresto de el Inca Manco por Juan Pizarro, acción que le valió varios dolores de cabeza.

Dejada atrás Moina, Almagro se encamino por el camino del inca, con los 50 hombres en que consistía su columna. Recorrieron el área occidental del lago Titicaca, cruzaron el rió Desaguero y se encontró con Saavedra, que logro reunir a 50 españoles mas, que pertenecían al grupo del capitán Gabriel de Rojas, y que decidieron abandonar a su jefe y dirigirse a Chile. Permanecieron cerca del lago Augallas todo agosto, en espera del derretimiento de las nieves de la cordillera de los Andes.

Pasado este contratiempo, se dirigieron a Tupiza, donde se encontraron con Pablo Inga y el Villac-Umu, que tenían recolectado oro de los tributos de la región, los tres españoles que los acompañaron. Aquí Almagro realizo una nueva pausa de dos meses en la expedición, esperando que viniesen las tropas

Aquí le inquieto una nueva noticia, había arribado a Perú el obispo de Panama, fray Tomas de Berlanga, que traía poderes para dirimir el conflicto de limites entre los conquistadores. Los amigos de Almagro le solicitaron que volviese para defender mejor su causa, pero el Adelantado quería ir por la riqueza chilena, por lo que siguió adelante. Otro contratiempo se presento cuando el Villac-Umu se escapo de la expedición y se devolvió al norte. Pero siguieron adelante, ya que aun contaban con Pablo Inga.

Con mas dificultades incluyendo la perdidas de varios hombres en manos indígenas, los españoles llegaron finalmente a Salta, el ultimo paso antes de atravesar los Andes.


Guerra Civil y Muerte

En 1535, el emperador Carlos V lo recompensó con la gobernación de Nueva Toledo, al sur de Perú, y el título de adelantado en las tierras más allá del lago Titicaca. A su regreso a Perú, en 1537, Almagro ocupó la ciudad de Cuzco, haciendo prisioneros a Hernando y Gonzalo Pizarro, por considerar que pertenecía a su gobernación. Este hecho suscitó un sangriento enfrentamiento entre almagristas y pizarristas que concluyó con la victoria de los Pizarro en la batalla de las Salinas, en abril de 1538. Hecho prisionero, Almagro fue ejecutado el mes de julio de ese mismo año en la Plaza Mayor de Cuzco.

sábado, 5 de julio de 2008

* Gerónimo de Alderete


Gerónimo de Alderete (1516-1556)


Nació en Olmedo, España, en 1516, y murió en Panamá el año 1556, afectado por la fiebre amarilla. Sólo se sabe que sus padres fueron Francisco de Mercado e Isabel de Alderete, y no se conocen mayores datos de su infancia y adolescencia.


Llegó a América en 1535 y se dirigió al Perú; participó en las expediciones que exploraron el Gran Chaco, sirviendo bajo las órdenes de Diego de Rojas (1539). El objetivo de esta empresa era sentar el dominio hispano en esa región, para facilitar las comunicaciones con la ciudad de Asunción del Paraguay, fundada por Juan de Ayolas en agosto de 1536.


Las expectativas no eran lisonjeras, pues Ayolas y 200 de sus hombres habían muerto a manos de los indígenas en 1537.


Por alrededor de un año, los exploradores recorrieron el territorio sin resultados provechosos: los bosques eran prácticamente impenetrables, los ríos se desbordaban dificultando el avance, y los naturales asediaban constantemente a los conquistadores. Pero así y todo, lograron llegar hasta el río Pilcomayo.


Perdidas las esperanzas, Rojas y sus hombres emprendieron el camino hacia Tarija, desde donde salió a su encuentro otro de los futuros conquistadores de Chile, Francisco de Aguirre. Unidos, se sumaron a la empresa de Pedro de Valdivia (abril de 1540), de quien fue un leal colaborador. A la muerte de aquel, fue designado Gobernador de Chile por el Rey Carlos V, pero no asumió debido a que falleció antes de hacerlo.


Primeras tareas


En Chile, Gerónimo de Alderete se distinguió como uno de los personajes más cercanos a Pedro de Valdivia, por lo que asumió el cargo de regidor en el Cabildo de Santiago y también el de tesorero, es decir, custodio de los dineros provenientes de los impuestos que se cobraban.


En 1544, Alderete participó en la expedición marítima que Pedro de Valdivia envió al Estrecho de Magallanes a bordo de la nave llamada San Pedro, al mando de Juan Bautista Pastene. Reconociendo las costas, los expedicionarios llegaron hasta los 41° de latitud sur, a una bahía que bautizaron con el mismo nombre de su nave. Luego, enfilaron la proa hacia el norte, debido a la imposibilidad de llegar al destino asignado por el Gobernador de Chile.


Con el Gobernador del Perú


Alderete era uno de los hombres de confianza de Pedro de Valdivia y por ello fue uno de los pocos conquistadores de Chile que lo acompañaron al Perú en 1547, con el fin de combatir contra los sublevados Hernando y Gonzalo Pizarro, bajo las órdenes de Pedro de La Gasca. Los hermanos de Francisco Pizarro, conquistador de ese territorio, se habían alzado contra la autoridad real y debían ser reducidos. Alderete participó en la Batalla de Xaquixahuana, con la que se puso fin a tal rebelión (1548).


Una vez que La Gasca confirmó el título de Gobernador detentado por Pedro de Valdivia —quien hasta ese momento ejercía tal cargo por designación del Cabildo de Santiago, sujeto a la ratificación de las autoridades—, tanto Valdivia como Alderete se dieron a la tarea de conseguir refuerzos para continuar la Conquista.


Parte de estas nuevas tropas


—que fueron remitidas por mar hacia Chile al mando de Alderete— debieron permanecer en Arica esperando el resultado del proceso judicial al cual el Gobernador fue sometido en Lima, por las acusaciones que se habían presentado en su contra.


Ya en Chile, a Alderete le correspondió desarrollar un activo papel en la Guerra de Arauco. Presente en varios enfrentamientos militares (1550-1551) fundó, a nombre de Valdivia, el poblado de la Villa Rica —como se decía entonces—, actual Villarrica.


Misión a España y muerte de Valdivia


En 1552, Alderete fue enviado a España con una misión que no podía ser más delicada: conseguir que Carlos V confirmara el nombramiento de Gobernador que De La Gasca había otorgado a Pedro de Valdivia; y, además, lograr que se ampliara la gobernación más allá del Estrecho de Magallanes. También, debía entregar al Rey la cantidad de 70 mil pesos provenientes del quinto real, impuesto que se cobraba a la explotación del oro y otros minerales.


Por su parte, el Cabildo de Santiago lo había nombrado como su procurador ante el monarca, encomendándole lograr una rebaja en el monto de dicho tributo.


Pedro de Valdivia, por otro lado, le pidió un favor personal: traer a Chile a su mujer, Marina Ortíz de Gaete, para así cumplir cabalmente con la sentencia del proceso que se le siguió en Lima.


Estando en la Península, Alderete se enteró de la muerte de Valdivia a manos de los indígenas y fue nombrado Gobernador de Chile por el Rey. Sin embargo, no pudo asumir el cargo, pues murió en Panamá afectado por la fiebre amarilla.

Fuente: Cristián Guerrero Lira, Fernando Ramírez Morales e Isabel Torres Dujisin.

viernes, 13 de junio de 2008

* Franciso de Aguirre

Francisco de Aguirre de Meneses (Talavera de la Reina; 1508 - La Serena, 1581), Conquistador español, de destacada participación en la conquista de Chile.

Fue hijo de Hernando de la Rúa y de Constanza Meneses, se incorporó joven a las tropas imperiales de Carlos V, participando en la Batalla de Pavía y el asalto a Roma (). Se trasladó y vivió en el Perú donde conoció a Pedro de Valdivia, a quien acompañó en su expedición de conquista de Chile (1540).


Hombre de confianza de Valdivia, pronto alcanzó un lugar preminente en la incipiente colonia, siendo el primer alcalde ordinario del primer cabildo de Santiago (1541).


Nombrado teniente gobernador de la zona entre el río Choapa y Atacama, Valdivia le encargó la reconstrucción de La Serena destruida por los indios en el norte, ya que había demostrado mano dura en la guerra contra los indígenas y en el castigo de ellos. El 26 de agosto de 1549,Aguirre refundó la ciudad, construyendo un fuerte para defenderse de los ataques, para después ponerse al frente de su tropa y marchar en persecución de los indígenas. El norte de Chile quedó libre de peligros desde ese entonces, pero también mucho más despoblado y con menos mano de obra.


Teniente general de La Serena, el gobernador le encargó en octubre de 1551 la toma de posesión de Tucumán al otro lado de la cordillera, tras disputar esta zona a Núñez de Prado, que desconocía la autoridad de Valdivia. Dos años más tarde, en 1553 funda el tercer asentamiento de la ciudad Barco III, acualmente Santiago del Estero, en Argentina, siendo esta, la provincia y la ciudad más antigua del territorio nacional argentino.


Cuando murió Valdivia en la Batalla de Tucapel, se abrió su testamento, que lo designaba a él gobernador de Chile en ausencia de Jerónimo de Alderete. Cuando recibió la noticia se encontraba en Tucumán, y ya había sido designado gobernador Francisco de Villagra, debido a la muerte del primero de la lista y la ausencia del segundo.


Al enterarse de esos hechos por sus amigos de La Serena, se dirigió inmediatamente a esa ciudad, que le recibió como Capitán General y Justicia Mayor. Comunicó esta elección a Santiago, haciendo decir que las tropas de su mando estaban dispuestas a sostenerlo en este cargo, que por lo demás le correspondía de derecho en virtud del testamento de Valdivia.


El cabildo de Santiago, sin embargo, no capituló a la fuerza, por lo que Aguirre envió a su hijo Hernando con un aparte de sus tropas, las que fueron desarmadas en Santiago. Finalmente el conflicto se resolvió cuando se le envió una petición a la Audiencia de Lima, la que determinó que los cabildos debían tomar el mando por seis meses, hasta que el Virrey designase un nuevo Gobernador, y si expiraba el plazo, Villagra sería el Gobernador, quedando entretanto a cargo del ejército en el sur. Aguirre quiso desconocer el fallo, pero la poca fuerza que tenía no le iba a bastar para derrotar a Villagra si hubiese un enfrentamiento, por lo que lo aceptó de muy mala gana.


Había llegado en 1557 el nuevo gobernador designado por el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, quien era nada menos que su hijo, don García. Entre las primeras acciones del nuevo gobernador, se tomó presos a Aguirre y a Villagra, a pesar de que se habían portado muy corteses frente a él.
Al abordar el barco que los llevaría al Perú, la leyenda pone en la boca de Villagra las siguientes palabras: “Mire vuestra merced, señor general, lo que son las cosas del mundo, que ayer no cabíamos los dos en un reino tan grande y que hoy nos hace don García caber en una tabla”. En ese momento se reconciliaron los dos capitanes, que antes de su enfrentamiento habían sido amigos.


Su apresamiento en Perú no fue del agrado del Rey y sus consejeros. Regresado a Chile en 1559, el Virrey del Perú, el conde de Nieva, dio a Aguirre el mando de la provincia de Tucumán. En 1564, cuando la conquista de esa región estaba a punto de perderse, Aguirre asentó nuevamente la dominación española.


Durante su mandato, se produjo una rebelión dirigida por el capitán Jerónimo de Holguín, que concluyo con el cautiverio de Aguirre. Liberado posteriormente, la autoridad eclesiástica de Charcas lo citaba ante su propio tribunal para someterlo a juicio por haber proferido algunas proposiciones heréticas.


Las constantes quejas de su administración motivaron al Virrey a separarlo del mando, nombrando en su lugar Gobernador de Tucumán a Jerónimo Luis de Cabrera. En 1576, volvía de nuevo a Chile, y se establecía modestamente en la ciudad de La Serena, donde tenía su encomienda, lugar donde murió en 1581.

LA ATROCIDAD DE LA SHARÍA

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